Los sabios de la Edad Media derivaban la palabra «nuez» (nux en latín) de nocere (dañar). En realidad, la palabra deriva del latín nucleus (núcleo). A pesar de, o debido a, su reputación, el árbol proporciona el mitridato, antídoto universal contra todo tipo de envenenamientos, desde las mordeduras de perros rabiosos hasta las picaduras de escorpiones. Esto al menos es lo que creían los romanos ya que, según dicen, entre los tesoros de Mitrídates, rey del Ponto y el mayor experto en venenos de la Antigüedad, se encontró la siguiente receta: una mezcla de nueces secas, higos, hojas de ruda, enebro y sal.'
La leyenda judía afirma incluso que bajo cada nogal habitaban nueve demonios. Como prueba de ello, los rabinos devotos enseñan a sus feligreses los nueve folíolos de las hojas pinnadas del nogal. Nueve es el número de la perfección, del fin, del ocaso. Al mismo tiempo es el número de la transición a un nuevo plano numérico. Nueve es el número de meses de embarazo que acaba con el nacimiento, la aparición de una nueva generación que relevará a la vieja. Así pues, la nuez está asociada en la tradición cristiana con el nacimiento del niño Jesús que sustituye al viejo Adán en el alma de los hombres. El nogal, que por un lado tiene una relación tan fuerte con los difuntos y con el pasado, es también un símbolo de la renovación, un signo de la fuerza que rompe el encanto de lo viejo.
Las nueces son el símbolo de la fertilidad y de la facultad procreadora, tanto en el plano mental como en el físico. La ciencia de los signos asociaba la nuez con la cabeza, la cáscara del cerebro, y al mismo tiempo con los testículos, nuts (nueces) es la palabra que se usa familiarmente en inglés para referirse a los testículos. Las nueces son las «bellotas de Júpiter», y eso justamente significa el nombre genérico en latín Juglans (Jovis glans). Universalmente se las considera un tónico para la potencia y la inteligencia. En la medicina ayurvédica de la India la nuez es considerada una sustancia que aumenta la secreción de mucosidades (kapha). Dado que las mucosidades son la sustancia de la vida, su aumento significa una mayor vitalidad y fertilidad. Los médicos ayurvédicos prescriben la nuez, cuyo valor nutritivo es cuatro veces superior al de la carne, como tónico para los convalecientes. La medicina china también emplea este «melocotón extranjero» (hutao) para aumentar la potencia sexual del varón.' Y los primitivos alemanes tenían el lema: «¡Cuando hay muchas nueces, habrá muchos hijos (ilegítimos)!». Esto también es válido para la avellana. Por otro lado, en Eslovaquia se prepara una infusión de hojas de nogal que se emplea como anticonceptivo," ¡cuán estrechamente ligadas están la vida y la muerte!
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