La raíz y las semillas (frutos).
* Raíz: Glucosa, sacarosa, mucílagos, pectina, vitaminas (C, B1, B2), proteínas, y sobre todo carotenos (provitamina A).
Semillas: Aceite esencial, conteniendo pineno, limoneno, carotol, daucol, ácido isobutírico, asarona.
* Raíz: Remineralizante, diurética, vitamínica, astringente, antidiarréica, demulcente, hipoglucemiante, cicatrizante.
Semillas: Aperitivas, carminativas, diuréticas, galactógenas.
Astenia, convalecencia, diarrea, gastritis, úlceras gastroduodenales, reumatismo, gota, lactancia, hemeralopia, miopía progresiva, retinopatías, envejecimiento cutáneo, dishidrosis, ictiosis, psoriasis, diabetes.
En uso externo: eczemas, quemaduras, úlceraciones dérmicas, forúnculos, sabañones.
Su uso como diurético en presencia de hipertensión, cardiopatías o insuficiencia renal moderada o grave, sólo debe hacerse por prescripción y bajo control médico, ante el peligro que puede suponer el aporte incontrolado de líquidos, la posibilidad de que se produzca una descompensación tensional o, si la eliminación de potasio es considerable, una potenciación del efecto de los cardiotónicos.
Uso interno:
* Infusión (semillas): Una cucharadita de café por taza. Infundir 10 minutos. Tres tazas al día.
* Jugo de zanahorias: 50 a 500 cc. al día. Para los niños se puede diluir en un poco de agua o leche.
* Decocción (gastroenteritis): 500 g de zanahorias en 1 litro de agua. Hervir 20 a 30 minutos, triturar y añadir agua hasta completar el litro y una cucharadita de las de café de sal. Tomar como único alimento durante dos o tres días, mientras dure la diarrea.