El talo.
Principios amargos: ácido estictínico (de estructura próxima al ácido cetrárico); mucílagos.
A los principios amargos se les atribuye su acción aperitiva, eupéptica, colagoga y antiemética, bacteriostática y antifúngica. A los mucílagos, aunque presentes en escasa cantidad, una acción demulcente y balsámica.
Se ha empleado desde antiguo para combatir problemas bronquiales, siguiendo la teoría de las signaturas.
Afecciones bronquiales: Gripe, resfriados, laringitis, faringitis, bronquitis.
Anorexia, gastroenteritis, dispepsias hiposecretoras, disquinesias hepatobiliares, úlceras gastroduodenales (véase efectos secundarios).
Externamente: abscesos, heridas y quemaduras.
Los principios amargos inducen un aumento de la secreción cloropéptica, por lo que cuando se prescriba para el tratamiento de las úlceras gastroduodenales, recomendamos asociarla a drogas demulcentes, como la raíz de malvavisco.
Infusión: una cucharada de postre por taza. Tres tazas al día.