Las sumidades aéreas.
Mucílagos y otros carbohidratos, alantoína. Trazas de alcaloides pirrolizidínicos, vitamina C, ácido silícico. Flavonoides derivados del quercetol y del kenferol.
Las saponósidos justifican su acción expectorante; los mucílagos y alantoína, sus propiedades demulcentes, mucolíticas y cicatrizantes.
Bronquitis, faringitis, gingivitis. Gastritis, diarrea. Cistitis, uretritis.
Embarazo, lactancia, hepatopatías, por los alcaloides pirrolizidínicos.
Se han descrito efectos hepatotóxicos debidos a los alcaloides pirrolizidínicos.
Cuando se prescriba a pacientes con dispepsias hipersecretoras, para paliar los posibles efectos irritantes de los saponósidos sobre la mucosa gastroduodenal, recomendamos asociar a drogas demulcentes como la manzanilla, malva o malvavisco.
* Infusión de hojas o sumidades floridas: 30 g/l, infundir 10 minutos. Tres tazas al día.
* Decocción (planta entera): 15 a 30 g/l, hervir 5 minutos. Cuatro tazas al día.