Los pétalos, las semillas y las raíces.
Peonol (alcohol derivado de la acetofenona), peoniflorina. Antocianósidos : peonina (responsable de la coloración de la flor). Taninos, aceite, resina, azúcares, ácidos orgánicos. En las semillas y las raíces también está presente el peonol. El tubérculo contiene además almidón, azúcares y ácido metarabínico.
El peonol se comporta como antiinflamatorio, analgésico, antiácido, antiulceroso y antibacteriano. La paeoniflorina es sedante, hipnótico, antitusivo, ligeramente espasmolítico, analgésico y anticonvulsivante. Los antocianósidos son responsables del efecto venotónico y vasoprotector.
Popularmente se utilizaron las flores como laxo-purgante y las semillas como emético, no siendo recomendables dichos usos.
Ansiedad, taquicardia, tos irritativa, gastritis, úlcera gastroduodenal, varices, hemorroides.
Evitar su prescripción por vía interna durante el embarazo (puede resultar abortivo), la lactancia y a niños pequeños. No emplear como laxante (ver precauciones).
Planta poco estudiada. Se sugiere la presencia de principios tóxicos, aún no aislados. Dosis elevadas de pétalos, semillas o de raíces pueden ocasionar gastroenteritis con dolores cólicos, vómitos, diarrea, pudiendo llegar a ser mortal por colapso cardiorrespiratorio. Se han descrito intoxicaciones en niños tras la ingestión de 3-4 pétalos.
Recomendamos no sobrepasar las dosis indicadas y prescribir tratamientos discontínuos.
* Infusión: una cucharadita de café por taza. Infundir 15 minutos. Tres tazas al día.
* Tintura (1:10), extracto fluido (1:1) o glicólico (1:5), en cremas o geles cicatrizantes o antivaricosos. Aplicar 2-3 veces al día, en caso de varices, en forma de masaje en sentido ascendente, preferiblemente tras un periodo de descanso con las piernas elevadas o un baño de pies de temperatura alternante.