El rizoma.
KAVApironas: D y L-kavaína, metisticina, yangonina y sus derivados dihidrokavaína, dihidrometisticina, desmetoxiyangonina. Pigmentos: flavokavinas A y B.
Tranquilizante, hipnótico, relajante muscular, espasmolítico, anestésico local,
Bacteriostático, antimicótico.
Ansiedad, insomnio, disturbios relacionados con el climaterio femenino.
Inflamaciones osteoarticulares. Limpieza y desinfección de heridas. Dermatomicosis.
Embarazo, lactancia, niños. Depresión, psicosis
Aunque hay controversia sobre el mecanismo de acción sedante y sus posibles interacciones, recomendamos no asociar a otras drogas sedantes, hipnóticas, antidepresivas, antihistamínicos. El alcohol potencia la toxicidad del KAVA-kava (Peris et al.).
Uso exclusivo por prescripción y bajo control médico. La automedicación o su uso como alucinógeno puede producir síntomas de intoxicación similares a los producidos por los barbitúricos.
En los consumidores habituales de kava-kava, aparecen muy frecuentemente erupciones cutáneas, exageración del reflejo patelar, delgadez, reducción de los niveles de proteínas plasmáticas, urea y bilirrubina, plaquetopenia e hipertensión arterial. Lo más característico es la cava-dermopatía: piel seca y recubierta de escamas , especialmente en las palmas y las plantas, producidas al interferir en el metabolismo del colesterol e inducir un dédicit de niacina (Peris et al.).
En animales de laboratorio, dosis elevadas provocaron ataxia, parálisis ascendente, sin pérdida de la conciencia. En dosis mayores puede provocar la muerte por colapso cardiorrespiratorio.
Decocto: 3 g por taza. Hervir 5 minutos. Tres tazas al día, o en aplicación tópica (heridas, dermomicosis).
Extracto fluido (1:1): 10-30 gotas, una a tres veces al día, o el extracto aplicado localmente puro o diluido al 50% (inflamaciones osteoarticulares).
Prescribir tratamientos discontinuos.