Las semillas: mondadas, perladas o germinadas.
Almidón; enzimas: amilasa. Sales minerales: cromo, fósforo, calcio, hierro, magnesio, potasio. Acidos grasos poliinsaturados: oleico, linoleico. Trazas de alcaloides: hordenina, gramina.
Los enzimas ejercen una función digestiva. La hordenina le confiere propiedades adrenérgicas (simpaticomiméticas) suaves: antidiarréico, por inhibición del hiperperistaltismo intestinal, hipertensivo (al producir vasoconstricción periférica), cardiotónico. Además es diurético, y demulcente en uso externo. El aceite de germen de cebada es hipolipemiante.
Diarreas, hiperlipemias, arteriosclerosis, hipotensión, cistitis, litiasis renal. Diabetes.
En uso tópico (harina): forúnculos, abscesos e inflamaciones osteoarticulares, mialgias, contracturas musculares.
Uso interno:
* Decocción (cebada perlada: descascarillada y pulimentada mecánicamente) 20 g por litro. Hervir 5 minutos. Tomar a voluntad.
* Decocción (simiente mondada, desembarazada de su envoltura): 30 a 50 g/l, hervir durante 30 minutos (hasta que se abra el grano). Tomar a voluntad.
* Polvo (MALTA: cebada germinada artificialmente y luego secada): 5 a 20 g al día, en cápsulas o papillas malteadas, añadida a sopas, purés o papillas.
(La germinación provoca la aparición de amilasa, enzima digestivo).
* Aceite de germen de cebada: Uso alimentario.
Uso externo:
* Harina: diluida en agua caliente y aplicada en forma de cataplasmas.