La medicina popular inglesa utilizaba la violeta de agua como remedio para las molestias linfáticas. Como es bien sabido, la linfa y las mucosidades pertenecen al dominio del planeta Mercurio. La planta era un remedio probado contra la antaño frecuente escrofulosis, muy rara en la actualidad, desde que disminuyeran los casos de tuberculosis en el ganado vacuno. La escrofulosis es una enfermedad que se caracteriza por la hinchazón de los ganglios linfáticos del cuello, nuca y parte inferior de la mandíbula, que suele ir acompañada de erupciones cutáneas y catarros crónicos. La medicina naturista británica también empleaba esta hierba para los estados mercuriales negativos en los que, como en la leucorrea vaginal, se produce un aumento incontrolado del flujo. Naturalmente, las molestias como la leucorrea, los eccemas o la escrofulosis siempre se deben a infecciones bacterianas, pero en el lenguaje del alma, los eccemas significan la negativa a relacionarse con los demás, la tumefacción de los ganglios linfáticos representa el veneno que no ha podido ser eliminado en forma de lágrimas, y la leucorrea suele simbolizar una relación sexual sin verdadero placer o pasión.
Culpeper, que inexplicablemente cataloga la violeta de agua bajo el signo de Saturno, prescribe tisanas de Water Violet para la leucorrea y para el king's evil (el mal del rey), es decir, la escrofulosis que, según se pensaba, se curaba si un rey posaba su mano sobre el enfermo, por consiguiente, existía la costumbre de que el monarca británico recibiera cada año a sus súbditos escrofulosos en un día determinado y los tocara con la mano. Las curaciones tenían tanto éxito que la costumbre siguió manteniéndose hasta la Ilustración.
La violeta de agua también posee algo aristocrático: una sutileza que se manifiesta en los delicados limbos foliares y en los elegantes colores de sus flores, una rectitud que se manifiesta en el tallo coronado por flores que se alza del agua a modo de cetro. El ovario, por último, nace por encima de la inserción de los pétalos en lugar de hallarse en el tallo, expresando así su mayor inclinación a las influencias cósmicas que a las terrenales.
El semblante elegante y orgulloso de esta delicada planta también se le manifestó a Edward Bach. Descubrió que Water Violet puede ayudar a transformar el sentimiento de superioridad en verdadera compasión y humildad. Con estas cualidades positivas del alma, el hombre también será capaz de encontrarse con el verdadero rey del alma, el Yo Superior.