¡Una rosa silvestre en plena floración! Incluso el transeúnte más apático se parará un momento para contemplar la radiante belleza de esta flor de color rosa claro. Los antiguos ya debieron experimentar algo parecido ya que la rosa silvestre suscita admiración por doquier.
Según cuenta la leyenda, las rosas aparecieron sobre la yerma tierra con la primera pareja humana en el Jardín de Edén. La profunda desesperación de Eva conmovió al normalmente implacable ángel de la espada llameante. Como único recuerdo del paraíso y, al mismo tiempo, como esperanza de salvación, le permitió que cogiera un esqueje de rosal. Una leyenda persa cuenta que el tentador, que también había sido expulsado del paraíso, pensó que podría volver al país añorado trepando por las poderosas ramas de la rosa, que llegaban hasta el cielo. Convirtió algunas de las hojas en ganchos agudos, torcidos hacia arriba, para tener un apoyo para los pies al trepar. Pero Dios no se dejó engañar, torció hacia abajo las puntiagudas excrecencias, y también las ramas, y redujo el tamaño del arbusto a su altura actual (2-3 metros).
Fueron una vez más los persas zarathústricos quienes, hará unos 4.000 años, se dedicaron a cultivar el rosal silvestre, como hicieran con tantas otras plantas que hoy en día adornan nuestros jardines. Lo hicieron con la firme convicción de que debían arrebatar de las garras del adversario (Ahriman) una creación deteriorada y corrompida. Del cultivo de las rosas silvestres han surgido aproximadamente 3.000 tipos de especies existentes en la actualidad.
Los arqueólogos han confirmado que la rosa fue venerada por los sumerios, cretenses, egipcios y otras civilizaciones antiguas. Siempre estaba dedicada a la gran diosa. La denominación «reina de las flores» procede de Safo de Lesbos (600 a.C.), poetisa que dedicó su vida a la diosa delamor, Afrodita. La rosa se convirtió en el símbolo por antonomasia de la naturaleza femenina, como lo es también la gata. Al igual que este animal dulce y dócil, que mantiene escondidas sus mortales garras, la rosa posee algo misterioso: la expresión sub rosa (bajo la rosa) significa «mantener en secreto».273 Sus «garras», las espinas, auguran dolor y sangre.