Ceratostigma o plumbago (latín, plumbum = plomo, ago = conduzco) es en todos los sentidos un nombre adecuado para esta planta saturnina de flores azules ya que el plomo es el metal de Saturno. Hoy en día aún se sigue fundiendo plomo cuando los días son oscuros y las noches largas, cuando acaba el viejo año y comienza uno nuevo, desconocido. A partir del plomo fundido se espera poder adivinar el futuro y conocer el destino. A finales de año, cuando se habían recogido todas las cosechas, los romanos celebraban las saturnalias, los «días de locura», durante los cuales se anulaba la razón terrenal.
En la esfera de Saturno, donde la muerte se convierte en vida, también se encuentran la locura y la sabiduría. Un alma en el ámbito de Saturno que no sea capaz de abrirse a las propias profundidades espirituales, a las intuiciones, es insensata. El Saturno negativo es poco comunicativo, tozudo, rudo, tacaño y criticón. Posee un intelecto muy activo que acumula hechos e informaciones con afán desmesurado, bloqueando así su intuición superior espiritual y no escuchando su voz interior. En este estado negativo de Saturno es como si el ojo espiritual estuviera recubierto de una capa córnea y no pudiera percibir el brillo de las estrellas. Las influencias negativas de Saturno pueden reconocerse en todo aislamiento y endurecimiento insano. Los demonios inteligentes pero excluidos de la razón superior, desde los pobres diablos de Europa hasta los rakshasas de India, son representados siempre con largas garras, cuernos torcidos y cascos. Este aspecto del endurecimiento saturnino también queda reflejado en el nombre Cerato (del griego kéras = cuerno).
Edward Bach, persona sensible que era, reconoció inmediatamente las fuertes características saturninas de esta planta, vio que los preparados de esta flor podrían ayudar a muchas personas a superar esta cualidad negativa de Saturno para volver a escuchar su voz interior y hacer realidad su arquetipo espiritual..Bach escribe:
Las personas Cerato son «insensatas». Deberían ser maestros y educadores sabios, pero dan demasiada importancia a la opinión de los demás y se dejan influir excesivamente por las circunstancias externas.
El loco sólo escucha las voces del mundo exterior, ansía llegar a la superficie pero no a las profundidades, Cerato es capaz de cambiarlo.